Es el viejo dilema del diseño de logotipos. Ha pasado décadas construyendo valor de marca en una marca denominativa muy conocida y querida. Pero está empezando a parecer anticuado. ¿Optas por pequeños ajustes ocasionales que la mayoría de la gente no notará, pero que actualizarán sutilmente tu diseño, como lo ha hecho Aston Martin recientemente? ¿O apuesta por todo y toma una dirección radical?

Este último camino está plagado de peligros. Podrías alienar a tu audiencia, que extraña el logo antiguo y odia el nuevo. O podría perder ventas, ya que la gente simplemente no reconoce el nuevo diseño como su marca (el fallido rediseño del empaque de Tropicana en 2009 es una advertencia aquí).

El logotipo anterior de Orion Pictures tenía mucho atractivo nostálgico, pero parecía muy anticuado. (Crédito de la imagen: MGM)